La valoración de empresas es un trabajo técnico. Para valorar correctamente una empresa, se requiere un amplio conocimiento financiero. Al mismo tiempo, hay que conocer en profundidad el modelo de negocio de la empresa, la estrategia corporativa y el mercado en el que se desenvuelve.
Por último, pero no menos importante, es importante identificar los factores que crean valor a la empresa. Mirar más allá de los parámetros numéricos tradicionales permite a los compradores calcular mejor el verdadero valor de una empresa para ellos, y a los vendedores justificar un precio de venta más alto.
La valoración de una empresa no es una auditoría, el analista no cuestiona las finanzas dadas; tampoco es un diagnóstico exhaustivo de todas las áreas de la empresa. Desde el principio, el valorador se centrará en las áreas críticas que mostrarán dónde está el valor de la empresa.
A veces, cuando se indica el rango de valor intrínseco de una empresa, el propietario dice: «para mí tiene más valor».
La frase anterior tiene un significado muy profundo. Para el propietario, muy a menudo el fundador de la empresa, que ha dedicado toda su vida a ella, su empresa es «como un hijo» y generalmente tiene expectativas exageradas sobre su valor. Por ello, recomendamos que, si usted es el vendedor, se pongas en la piel del comprador; éste verá las cosas de otra manera y su primer pensamiento será: «Si pago todo esto por una empresa, ¿Cómo voy a ganar dinero después?».
Es muy importante entender que la valoración de empresas es una ciencia incierta, pero si se quiere vender una empresa es imprescindible hacer una valoración cuidadosa y estricta que proporcione los elementos requeridos para plantear una buena negociación con los potenciales compradores. No hay que adoptar posturas cómodas porque los compradores también harán su valoración para saber cuánto dinero están dispuestos a pagar por la empresa.
El objetivo final de una valoración va a condicionar los métodos que prefieras utilizar. El método de valoración utilizado va a cambiar en función del destinatario. El comprador siempre va a utilizar un método para demostrar que el valor de su empresa es menor, y el vendedor utilizará el método que demuestre que el valor es mayor.
Cuando se valora para negociar este tipo de transacciones, cualquier método es válido, siempre que sostenga una negociación racional. Es fundamental valorar su empresa porque es su principal herramienta para su venta.