Medidas a tener en cuenta para aumentar el valor de tu empresa

Los propietarios de empresas pueden preparar mejor su negocio para una estrategia de venta o simplemente aumentar el valor de su empresa para incrementar el patrimonio familiar centrándose en los tres pilares del valor: la mejora estratégica, financiera y operativa. Juntos, estos pilares, si se coordinan y se abordan de manera metódica, pueden resultar en una empresa significativamente más valiosa. El concepto lo denominamos Estrategias de Valor o Build-2-Sell.

10 tips para aumentar el valor de la empresa

  1. Definir un Plan Estratégico que marque claramente la orientación de la compañía; una hoja de ruta detallada con los objetivos concretos, metas ambiciosas pero conseguibles que ponga de manifiesto el potencial de la empresa y cómo el valor de ésta va a incrementarse en el curso de la ejecución del Plan.
  2. Mantener el foco en el mercado, adecuar la propuesta de valor a la evolución del mercado y a los cambios en las preferencias, gustos y necesidades de los clientes. En tiempos de crisis e incertidumbre, las compañías tienen que ser proactivas más que reactivas e innovar sin miedo si quieren mantener su ventaja competitiva.

  3. Conseguir una estructura financiera equilibrada que aproveche las condiciones de mercado, valore convenientemente los costes de los recursos propios frente a los del capital ajeno optimizando el coste medio ponderado del capital. En la actualidad, una empresa puede preferir crecer con deuda en lugar de recursos propios, en cuyo caso incurrirá en gastos de intereses financieros, su margen de beneficio neto disminuirá, pero todo ello podría tener un efecto positivo en su valor.
  4. Reducir las necesidades de capital circulante o de trabajo impulsando medidas que tengan por objeto optimizar el flujo de caja operativo: Minimizar los saldos de clientes y las existencias, mantener unos saldos de tesorería adecuados al ciclo del negocio, y/o aumentar la financiación espontanea proveniente de los proveedores como principales alternativas.
  5. Mantener un fondo de maniobra positivo y equilibrado para evitar tensiones de liquidez a corto plazo.
  6. Minimizar la inversión en activos fijos y desinvertir en aquellos activos no esenciales.
  7. Aprovechar las ventajas fiscales del I+D+i, amortizaciones, etc. La disponibilidad de crédito fiscal procedente de pérdidas en ejercicios anteriores representa un dato importante que aumenta la valoración de la empresa al permitir sufragar tributos sobre beneficios futuros con el crédito fiscal existente.
  8. Estructurar y profesionalizar la organización. Variabilizar los costes laborales hasta donde sea posible implantando un programa de dirección por objetivos individuales y colectivos para el mayor número posible de empleados o externalizar total o parcialmente algunos procesos que suponen un alto coste (comercial, producción…).
  9. Evitar la concentración de riesgos derivada de una elevada dependencia de pocos clientes con un gran peso relativo en los ingresos, ya que a medio y largo plazo erosionan los márgenes y resultados de la empresa. Idéntico enfoque con los proveedores, o si no es posible establecer acuerdos estratégicos con los que son clave.
  10. Evitar reducir deliberadamente los gastos que perjudican la capacidad de la empresa para competir a largo plazo, como el mantenimiento de equipos, la investigación y el desarrollo, y el marketing, con el fin de aumentar el margen de beneficio neto. Estas actuaciones son fácilmente identificables en la due dilligence y no generan confianza en el comprador.

Con todo lo anterior, es importante asegurarnos de la exactitud de los estados financieros, incluso a través de una auditoría externa cuando la empresa no esté obligada a ello, del cumplimiento escrupulosos de las obligaciones fiscales, frente a la Seguridad Social y en cuanto a presentación de cuentas, y disponer de los todos los permisos y licencias locales, regionales o estatales necesarios para el funcionamiento de la empresa.