Aunque existen varios métodos de valoración de empresas, en este articulo describiremos los principales métodos utilizados en la valoración de empresas, dos de ellos son los que con mayor frecuencia se utilizan en este proceso por parte de las firmas especializadas:

Múltiplos de transacciones comparables (MTC) y Descuento de flujos de caja (DFC). Lógicamente, como todo en esta vida, cada método tiene sus pros y sus contras. Veámoslo.

Métodos de valoración de empresas

El primero de los métodos, múltiplos de transacciones comparables (MTC), supone utilizar como referencia para valorar una empresa los ratios obtenidos de operaciones recientes de venta de otras empresas similares (es como valorar una vivienda en función del precio por el que un vecino vendió la suya).

Normalmente, se utilizan los múltiplos de EBITDA y de Ventas de empresas similares de las que conocemos el precio de adquisición. Aquí nos encontramos con dos inconvenientes que limitan mucho la aplicabilidad de este método.

El primero es identificar precisamente qué otras empresas han sido vendidas en un pasado más o menos reciente y cuáles de ellas pudieran considerarse similares a la que tratamos de valorar (mismo sector o industria, resultados recientes, oferta de productos y servicios, y estructura de capital).

El segundo es obtener la información detallada relativa a la transacción, esto es, el precio real de venta de la empresa y los resultados financieros que soportaron la fijación de ese precio.

Si el primero de estos inconvenientes mencionados es complicado de solventar porque no hay dos empresas iguales y la similitud puede ser bastante subjetiva, el segundo ya resulta todo un reto porque en muchos países, España uno de ellos, estas transacciones son privadas y no hay obligación de registrar ni informar a ningún organismo sobre los detalles de la transacción a no ser que cotice en bolsa.

Salvando estos dos inconvenientes, repetimos, muy serios por mucho que digan lo que quieran algunos profesionales y firmas de valoración, la ventaja de este método es que puede resultar muy inmediato. Lamentablemente, este método se basa en resultados pasados y no contempla lo que la empresa puede llegar a alcanzar en un futuro cercano.

Otro método para valorar una empresa

El método de descuento de flujos de caja (DFC) consiste en proyectar a futuro los resultados de la empresa y obtener el valor actual neto de los flujos de caja que supuestamente se generarán en los próximos años.

El ejercicio de proyección de resultados debe estar soportado por la lógica, la sensatez y la consistencia de la actividad futura con la pasada. Es deseable que la empresa cuente con un plan estratégico para que la proyección se sustente en planes de acción articulados por la dirección de la empresa y no en suposiciones más o menos acertadas de quien la valora.

Durante el proceso nos encontraremos con el obstáculo de estimar la tasa de descuento a aplicar a los flujos de caja para calcular su valor actual neto.

Sobre el cálculo de esta tasa podemos encontrar diversas teorías e innumerables documentos, pero es importante mencionar que no son matemáticas y no existe, por mucho que digan, una fórmula mágica para estimarla, sino el conocimiento, la experiencia y la sensatez de quien valora.

Este método tiene la ventaja de que sí pone el foco en el futuro de la empresa y no en el pasado como el anterior. Al fin y al cabo, quien compra algo “usado” no lo adquiere por los beneficios que generó a su propietario en el pasado, sino por los que puede producir al nuevo propietario en el futuro.

Ambos métodos, por otra parte, suelen ir muchas veces de la mano, esto es, se utilizan ambos con el fin de ofrecer una valoración más consistente con respecto al pasado y la actividad de empresas similares, y respecto al futuro y el potencial de la empresa para alcanzar ciertos objetivos de crecimiento.